Saboreando el oceáno Pacífico

El martes iba a ser el día de Big Sur. Lamentablemente, ahora ya teníamos que enfilar directamente hacia San Francisco y tocaban renuncias: el día anterior ya habíamos descartado una ruta de montaña por Ojai que nos habían recomendado. Durante el martes íbamos a recorrer el tercer tercio del viaje en un único día (el primero fue la ruta de los parques y el segundo la ruta 66).

Nos tomamos nuestro tiempo para disfrutar la mañana en Santa Bárbara y a mediodía empezamos ruta con un largo enlace hasta San Luis Obispo, en donde empieza la inigualable Ruta 1 en su recorrido junto al océano. Una carretera mágica. Para los que viven en Cataluña, algo así como Sant Feliu-Tossa pero diez o doce veces seguidas. O algo así como la carretera costera de El Salvador en versión larguísima. O esa otra carretera increíble que es la que va desde Rio de Janeiro a Sao Paulo por la costa. O algunos tramos de la carretera que recorre costa pacífica de Perú y Chile. Y otras carreteras en muchos sitios que tienen su máxima expresión en un trazado juguetón en comunión con el mar. Carreteras sugerentes, para rodar y sentir y soñar.

La 1 es una carretera maravillosa. Vas pasando enclaves a cada cual más alucinante para vivir. Casitas junto a la playa que parecía que existían solamente en las películas (seguro que se ha rodado más de una vez). Para quienes tengan prisa, la autopista circula una treintena de millas por el interior, pero no nos interesa. A ratos vemos surfistas y kitesurfistas.

Una sorpresa en el camino es el castillo de Hearst, que aparece en Ciudadano Kane, de Orson Welles. Hearst era un excéntrico millonario propietario de muchos medios de prensa que compraba cosas compulsivamente y se hizo construir ese faraónico castillo. La película de Orson Welles era una crítica social estaba basada en este singular personaje.

Otra parada en el camino es una playa que han escogido los leones marinos para descansar. Cientos de ellos se agolpan en una playa que parece llena de bañistas en un domingo de verano. Allá están revolcándose en la arena todo el día. ¡Dura vida la de estos animales!

Seguimos la carretera sin fin. Siempre al lado del mar, a veces más cerca de la orilla y en otras ocasiones rodando más altos en el acantilado. Un día lleno de imágenes de “salvapantallas”, de esos que te hacen enamorarte todavía más del placer de viajar en moto.

Definitivamente, la costa entre Los Ángeles y San Francisco se merecían más de un día. Y en Dubbelju, la casa de alquiler, tienen atractivas motos para alquilar alguna durante unos días y dedicárselo a las curvas y la costa: Thruxton, Multistrada, GS’s,… En fin, dejemos las tentaciones para el futuro.

El objetivo del día era llegar a Santa Cruz pero la ruta se hace larga con las paradas, las curvas y los kilómetros que ya pesan lo suyo después de tantos días. Aunque nos hacia ilusión llegar a Santa Cruz por las referencias de la ciudad, decidimos parar en Monterey. Monterey solamente me suena por el cercano Circuito de Laguna Seca. Como todas las ciudades de esta zona de costa, es un sitio delicioso para vivir, muy cuidado y de ritmo reposado. Encontramos un hotel confortable para la última noche en ruta. Llegamos cansados de un día intenso y en la carretera, pero rescatamos fuerzas para una buena última cena en ruta.

Ficha de ruta día 12: martes 6 de abril de 2010
Itinerario: Santa Bárbara Ruta 101 – Gaviota – Los Alamos – Santa Maria – Arroyo Grande – San Luis Obispo – Ruta 1 – Cayucos – San Simeon – Castillo Hearst – Lucia – Big Sur – Carmel Highlands – Monterey
Distancia recorrida: 242 millas (390 Kilómetros)
Distancia acumulada: 2.303 millas (3.714 Kilómetros)

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