Durante los últimos meses me ha tocado explicar muchas veces el concepto de Pautravelmoto como empresa de alquiler de motos de viaje. En general, a todo el mundo le parecía de entrada una buena idea, pero al seguir la conversación en poco rato aparecía casi siempre una misma pregunta: “¿pero la gente no alquilará la moto para hacer el animal y la romperá?”.  De hecho, a los más reticentes la idea del alquiler les parecía muy imprudente y solamente imaginaban viable los viajes guiados, porque puedes controlar la moto.

Durante años he alquilado motos para viajar. En Sicilia alquilé una TransAlp. En la Capadocia turca alquilé una pequeña 250cc, igual que en Thailandia. El alquiler más largo hecho fue en San Francisco, donde alquilé una Harley Davidson Ultra Glyde para hacer un viaje de dos semanas por el Oeste Americano. En todos los casos, he cuidado las motos mejor que si fuesen mías y las he devuelto siempre impecables.

Me consta que no soy un bicho raro (al menos en esto). Conozco unos cuantos amigos que han alquilado motos varias veces y también me han explicado que las devuelven impecables. Para ampliar la muestra analizada, también he hablado con otras empresas de alquiler de motos de viaje para preguntar sobre el tema, y la respuesta ha sido similar. En general, quien alquila una moto de viaje la devuelve cuidada. Hay excepciones aisladas, pero ya se sabe que solo sirven para confirmar la regla.

Es un tema de confianza mutua. A alguien que ama las motos le estás alquilando una moto de viaje para que pueda hacer realidad su viaje soñado. De hecho, me parece lógico que se establezca la confianza mutua que hace posible el alquiler de motos de viaje.

En definitiva, si hemos montado Pautravelmoto es porque confiamos en la comunidad viajera en moto. Todos amamos las motos.